de Tania Novoa Paz – Quito

Todavía me estoy adaptando a este contexto particular y difícil. A veces tengo la impresión, como diría Sylvia Plath, de estar en una campana de cristal, viviendo en un pequeño confinamiento. Y realmente creo que no está lejos de la realidad. Siento que todo el grupo y yo seguimos aguantando en esta burbuja, totalmente alejados de la civilización y rodeados de la Pachamama en su mayor esplendor.

Ecuador, una vez más, recibe un llamado de atención del gobierno y se somete a otro estado de excepción. Ya son diecisiete en los últimos dos años. La noticia nos llega a través de numerosos canales y la preocupación de familiares que al otro lado del océano presencian esta lucha incansable de un pueblo que resiste. Para mí, de vez en cuando, sube la adrenalina, esa llama que te mantiene viva. Entonces, en cuanto reflexiono y avanzo con los pies en la tierra, pienso que mi experiencia en este lugar es transitoria y tiene fecha de caducidad. Por eso me siento una privilegiada, alguien que observa todo esto desde lo efímero, mientras el resto de la población local se aferra a esta llama para incendiar todo su ser y tener motivos para vivir permanentemente en un territorio que intenta recuperar.

Pero debo decir que dentro de esta campana de cristal encontré mi lugar. El proyecto dentro de Puerta Violeta me está aportando muchas cosas a nivel personal y laboral. Al principio tuve dudas de si mi decisión de cambiar había sido la correcta, dado que inicialmente me habían pedido entrar en el área organizativa y no en la destinada a erradicar la violencia de género. Pero en este momento puedo confirmar que estoy muy feliz de colaborar en actividades tan bonitas y apasionantes como las que estamos realizando dentro del espacio de arteterapia.

En este, junto con nuestra manager Sofía, hemos preparado una secuencia de talleres para las mujeres de Puerta Violeta bajo el nombre “Red de cuidados”; donde cada beneficiaria podrá asistir a diversas actividades en las que además de tener una formación previa en el tema, donde se enseñan conceptos teóricos básicos, también se promoverán diversas dinámicas diseñadas a través del arte. Todo ello, con el objetivo final de poder profundizar en los problemas internos, realizando un trabajo de introspección grupal e individual.

No hace mucho, nuestras participantes vinieron a nuestra oficina para nuestros seminarios sobre primera y segunda menstruación. De esta manera conocimos mejor nuestro cuerpo y pudimos crear toallas sanitarias reutilizables. Así, hemos colectivizado la culpa de las manchas por la menstruación y también hemos reducido nuestro ciclo de consumo, evitando la compra masiva de productos de higiene que no son buenos para nuestra vulva.