Abril fue el mes de la Fiesta de los Granos Tiernos, Lullu Muru Raymi. La celebración fue el 18 de Abril, justo antes de la Pascua. Ingresamos en la Yachay Wasi acompañadas por las alegres músicas andinas. Mashis y wawas están de fiesta, cada uno con su traje de gala tradicional. Se baila y canta esperando que lleguen todos, preparando el carro-chakana que recibirá los choclos. Los niños hacen pruebas para cargar el carro sobre los hombros, se observan y se miden para conseguir cuatro de la misma altura. Todos listos: primeros salen los músicos y bajan las escaleras hacía la chakra, se toca para el choclo antes de cosecharlo, el aire huele a palo santo y aceites esenciales. Saludamos y agradecemos a la Pachamama para sus frutos. Los niños se cuelan entre las largas/altas plantas delgadas que ya están reclinándose bajo el peso de los frutos maduros, cosechados y suavemente recolectados en el carro por los wawas. Llevar la chakana llena ahora, es papel de los más grandecitos. Se hace bailar en círculo el carro cargado, mientras los mas chiquitos se divierten pasando debajo de los cargadores, los mas grandes se turnan masajeándose el hombro adolorido.
Mientras tanto, en la cocina algunos padres ayudan a la mashi Blanquita en la preparación del almuerzo con ingredientes que llevaron los padres de familia. Vamos a comer fanesca, una comida típica de esa temporada, hecha con doce tipos de granos, servida con aguacate, huevos, queso, empanadas y plátano frito. Esperando que la comida esté lista, la ceremonia sigue, los niños agradecen los choclos decorándoles con vestidos típicos de algunos pueblos y nacionalidades indígenas de Ecuador: Panzaleo, Kañari, Saraguro, Afroecuatorianos, Shuar, Karanki y Otavalo, entre otros. Entre adultos y niños, se utilizan materiales reciclados para armar los personajes, cuidando los más mínimos detalles, los choclos reciben así una cara, brazos, pelo, se construyen sombreros, ponchos, fajas, incluso mini-canastas llenas de fruta. ¡Listos! Empieza el baile. Las pequeñas manifacturas se llevan al patio en un autentico desfile, acompañados por presentaciones de usos y costumbres de cada comunidad.
La fiesta es grande, pero también la barriga quiere su momento. Antes que nada, se ofrece de comer a la Pachamama. Se lleva un plato de comida a la chakra y se entierra en un pequeño hueco, acompañándolo con agradecimientos y pensamientos que se dejan en la tierra. ¡Ahora si estamos listos para saborear la fanesca!
Inútil decirlo…riquísima! LIVIA COZZOLINO