Haz tu mochila, despídete de tus amigos y familia, deja tu casa, tu ciudad, tu país e incluso tu continente. Coge un vuelo con la vuelta un año más tarde. Cambia de costumbres, de idioma, de vida… Para qué?

Hace un mes viajamos desde Italia a Ecuador. Somos 18 voluntarios involucrados en cinco proyectos de servicio civil ubicados en Santo Domingo, Tena y Quito. Nos vamos a quedar aquí durante un año colaborando con instituciones que actúan por el desarrollo social y educacional a favor de las comunidades locales. Las actividades incluyen alfabetización, educación primaria, apoyo escolar, comedor, asistencia domiciliar y trabajos en la huerta.

En la misma Quito hay tres proyectos: los voluntarios del barrio de Cochapamba ofrecen asistencia a niños, adolescentes y abuelos; los del Ceipar se ocupan de actividades de apoyo escolar y auxilio para personas en dificultades económicas; otros colaboran con la escuela indígena Yachay Wasi, donde la educación primaria se encuentra con el desarrollo de la cultura Kichwa.

Los voluntarios en Santo Domingo trabajan con niños y adolescentes que viven en un contexto familiar y social de pobreza, abandono y a menudo violencia. En la institución religiosa en la que trabajan nuestros voluntarios, estos jóvenes reciben apoyo psicológico y tienen la posibilidad de practicar deporte y otras actividades que estimulan el desarrollo de modelos de comportamiento alternativos.

En fin, el proyecto del Centro Bonuchelli en Tena, gestionado directamente por ENGIM, trata de agricultura y silvicultura. Además, allí se realizan talleres creativos para alumnos y se ofrece hospitalidad a turistas en su hostal. En estas actividades, nuestros voluntarios colaboran con distintos profesionales locales y extranjeros.

Antes de partir para Ecuador, juntos a compañeros destinados a otros países, recibimos una formación general sobre los principios fundamentales del servicio civil, la creación y el desarrollo de las ONGs, la interculturalidad, el rol de la comunicación en relación al Sur del mundo y sobre la gestión de las emociones.

Esta oportunidad de participar en la cooperación internacional existe gracias al programa gobernativo italiano llamado Servicio Civil Nacional al Extranjero. Desde 2001 hasta 2014, más de trescientos mil voluntarios fueron enviados a distintos países de todo el mundo.

Estamos seguros que el entusiasmo y la participación harán de esta experiencia una ocasión de crecimiento para todos los actores involucrados. En las palabras de Fabiola, una de las voluntarias ocupadas en Quito, “[…] esta experiencia me ayuda a reflexionar sobre el valor más esencial de la humanidad y me enseña otra vez que no hay gozo más grande que donarse a los otros. Este es solo el inicio y estoy lista para vivir cada momento que esta experiencia me está regalando”.

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